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Adolescentes y amistades

Es comprensible que como padre o madre, pueda preocuparte o puedas sentir sentir incomodidad respecto a las amistades con las que tu hijo o hija se relaciona durante la adolescencia. Sin embargo, es importante recordar que tus hijos tienen derecho a tomar sus propias decisiones y tener sus propias relaciones.

Durante la adolescencia se operan numerosos cambios, muchos de los cuales tienen que ver con la búsqueda de la identidad y de la aceptación social por medio de la pertenencia al grupo. Es por eso que durante esta etapa los adolescentes suelen experimentar cambios en su conducta y en sus relaciones sociales, en esa búsqueda de encontrar su lugar en el mundo. La importancia de los amigos es vital en esta etapa de desarrollo ya que es a través de su relación entre iguales como construyen su pertenencia al grupo.

En ocasiones la elección que los adolescentes hacen no suelen ser del gusto de los padres y madres que suelen ver en algunas de sus amistades, referentes y ejemplos que consideran poco beneficiosos y saludables para ellos.

¿Qué hacer ante las amistades de tu adolescente?

En lugar de juzgar a las personas con las que va tu hij@, trata de entender qué es lo que les atrae para estar con ellas. Trata de establecer una comunicación abierta y sincera para conocer sus intereses y motivaciones en cuanto a sus amistades o relaciones, sin juzgar o imponer tus propias opiniones.

En muchas ocasiones la necesidad que tienen por encajar, por formar parte, por sentirse integrad@s es tan fuerte que no son capaces de ver con objetividad si las amistades que están construyendo son las más adecuadas para ell@s.

Posibles estrategias

  1. Trata de conocer a las personas con las que va tu hijo: Si aún no has conocido a las personas con las que va tu persona adolescente, intenta que te los presente y poder conocerlos mejor. De esta manera, podrás formarte una opinión más completa sobre ellos y tener una mejor comprensión mayos de por qué tu hij@ disfruta de su compañía. Trata de ver dichas amistades a través de los ojos y la necesidad de tu propia hijo o hija.
  2. Fomenta la comunicación abierta: Asegúrate de que tu hijo sepa que puede hablar contigo sobre cualquier cosa sin sentirse juzgado. Fomenta un ambiente de comunicación abierta y escucha con atención lo que tiene que decir sin criticarle o decirlo lo que tiene que hacer, ¿recuerdas la rabia que te daba que tus padres lo hicieran contigo?
  3. Enséñale habilidades de toma de decisiones: Es importante que enseñes a tus hij@s habilidades de toma de decisiones, incluyendo cómo identificar relaciones sanas y cómo establecer límites saludables en sus relaciones interpersonales sin decirle lo que tiene que hacer ni imponiendo tu criterio. Recuerda que la manera en que se relacionan también la han aprendido de casa y que tu ejemplo es mucho más importante de lo que imaginas.
  4. Mantén una mente abierta: Intenta mantener una mente abierta y recordar que tus hij@s están en un proceso de crecimiento y aprendizaje constante. No siempre van a tomar las decisiones que tú consideras mejores o más adecuadas, pero eso no significa que debas juzgarlos o criticarlos por ello, independientemente de que creas que puedan estar cometiendo un error. Dejarles espacio para experimentar y tomar sus propias decisiones desde la responsabilidad es una buena manera de permitir que se hagan cargo de sus propias experiencias y aprendizajes, lo que fomenta la autoestima y la confianza.

Recuerda que lo más importante es mantener una comunicación abierta y positiva con tus hij@s, respetando su derecho a tomar sus propias decisiones y fomentando relaciones saludables y seguras.

Más estrategias que te pueden ayudar:

Reflexiona sobre tus propias actitudes y prejuicios. Es posible que algunas de tus preocupaciones estén relacionadas con tus propios prejuicios o expectativas sobre las amistades o relaciones de tus hij@s. Intenta reflexionar sobre tus propias actitudes y prejuicios para asegurarte de que no estén influyendo en tu percepción de las personas con las que se relaciona.

Establece límites claros. Si tienes preocupaciones específicas sobre ciertas personas o comportamientos, es importante que establezcas límites claros con tu hijo. Habla con él o ella sobre tus preocupaciones y establece expectativas claras en cuanto a lo que esperas de sus amistades o relaciones.

Enfócate en las conductas específicas: En lugar de juzgar a las personas con las que va tu hij@ en general, enfócate en comportamientos específicos que te preocupen. Habla con él o ella sobre por qué ciertos comportamientos te preocupan y explícale por qué te preocupan.

Ofrece alternativas positivas: En lugar de simplemente criticar las relaciones de tu adolescente, trata de ofrecer alternativas positivas. Por ejemplo, podrías animarle a involucrarse en actividades extracurriculares o a buscar nuevas amistades que compartan sus intereses y valores.

Si tus preocupaciones tienen que ver con comportamientos inapropiados o peligrosos por parte de las personas con las que va, es importante que tengas una conversación clara y constructiva con él o ella para explicar tus preocupaciones y hablar desde ti y tus inquietudes con honestidad.

Y si tras hablar tus inquietudes persisten o sientes que no estás haciendo progresos en tus esfuerzos por abordarlas, considera buscar apoyo adicional. Una persona profesional capacitada podría ayudarte a desarrollar estrategias más efectivas y ofrecerte apoyo emocional mientras trabajas en esta situación. Si necesitas ayuda, podemos ayudarte, contacta con nosotras.

Recuerda que el objetivo principal es mantener una comunicación abierta y honesta con tu hijo o hija, respetando su derecho a tomar sus propias decisiones, mientras te aseguras de que estén a salvo y tengan relaciones saludables y positivas. Es importante respetar la autonomía y libertad de tus hij@s en sus relaciones interpersonales, siempre y cuando no pongan en peligro su seguridad o bienestar para fomentar su autoestima y confianza y fomentar la responsabilidad.

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