El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurodivergente que afecta a millones de niños, niñas, adolescentes y adultos en todo el mundo. Más allá de las dificultades con la atención, la impulsividad y la hiperactividad, el TDAH también impacta profundamente en aspectos como la gestión emocional, la autoestima y, en algunos casos, el bienestar psicológico general.
Este artículo no solo busca informar, sino también proporcionar herramientas prácticas para abordar estos desafíos.
1. Gestión Emocional: Navegando las Tormentas Internas
Las personas con TDAH a menudo sienten emociones con una intensidad abrumadora. Pueden pasar rápidamente de la euforia a la frustración, lo que a veces dificulta las interacciones familiares y sociales.
Ejemplo práctico:
Ana, una adolescente con TDAH, solía tener explosiones emocionales cuando no lograba terminar sus deberes. Esto provocaba discusiones en casa de forma recurrente. Al aprender a identificar su frustración a tiempo, ahora toma pausas programadas y respira profundamente antes de intentar resolver el problema. Su familia también ha aprendido a no presionarla en ese momento crítico, ayudándola a retomar las tareas con calma.
Consejos prácticos:
- Crea un espacio para pausar: Tener un lugar tranquilo en casa para descomprimir puede ayudar a los niños, niñas y adolescentes con TDAH a calmarse antes de volver a enfrentar una situación que les genere estrés.
- Anticípate a los desencadenantes: Si sabes que ciertas situaciones generan frustración (como las transiciones entre actividades), prepara estrategias con antelación, como usar temporizadores visuales.
- Modela una regulación emocional saludable: Los padres pueden mostrar cómo manejan sus propias emociones, diciendo cosas como: “Estoy empezando a frustrarme, voy a respirar hondo para calmarme”.
- Establece rutinas claras: Las estructuras predecibles ayudan a reducir la ansiedad y fomentan un entorno más tranquilo.
2. Autoestima: Reconociendo el valor propio
El impacto del TDAH en la autoestima suele ser subestimado. Muchas personas con TDAH enfrentan comentarios negativos frecuentes sobre su comportamiento o rendimiento académico, lo que puede llevar a una percepción negativa de sí mismas. Además en ocasiones dichos comentarios acaban siendo asociados a su identidad lo que les genera aún una visión peor de quiénes son.
Ejemplo práctico:
Luis, un niño de 10 años con TDAH, tenía miedo de participar en actividades grupales porque se sentía “torpe” comparado con sus compañeros. Sus padres empezaron a reforzar su confianza destacando sus logros en casa, como construir estructuras con bloques o dibujar. También lo inscribieron en clases de arte, donde pudo destacar y ganar confianza en sus habilidades creativas.
Consejos prácticos:
- Destaca sus logros: En lugar de enfocarte solo en las dificultades, celebra los pequeños avances. Por ejemplo: «Me encanta cómo intentaste terminar este dibujo, incluso cuando era difícil».
- Evita las comparaciones: Cada niño tiene su propio ritmo. En lugar de compararlo con otros, céntrate en su progreso personal.
- Fomenta actividades en las que se sientan fuertes: Si son buenos en deportes, música o dibujo, apóyalos para que desarrollen esas habilidades.
- Crea un espacio para el refuerzo positivo: Usa un cuadro de logros semanales donde puedan ver su progreso en cosas pequeñas, como cumplir horarios o participar en tareas familiares.
3. Autolesiones y Prevención del Suicidio: Enfrentando Temas Críticos
Aunque no todas las personas con TDAH enfrentan problemas graves de salud mental, los factores como la impulsividad y la baja autoestima pueden aumentar el riesgo de autolesiones o pensamientos suicidas. Abordar estas situaciones de manera temprana y con sensibilidad es fundamental.
Ejemplo práctico:
Clara, una adolescente con TDAH, comenzó a mostrar señales de aislamiento y heridas en sus brazos. Sus padres, preocupados, hablaron con ella sin juicio: “Hemos notado que no estás tan contenta últimamente, y queremos ayudarte. ¿Te gustaría hablar con nosotros o con alguien más sobre cómo te sientes?”. Buscaron ayuda profesional, y Clara empezó a trabajar con una terapeuta en la gestión de sus emociones y en encontrar formas saludables de expresarse.
Consejos prácticos:
- Hablar abiertamente: Si notas señales preocupantes, pregunta directamente pero con tacto. Por ejemplo: “¿Te has sentido tan triste que has pensado en hacerte daño?”
- Crea un plan de seguridad: Haz una lista de personas a las que puedan acudir en caso de sentirse abrumados, como familiares, amigos o terapeutas. Incluye actividades de distracción, como escuchar música, dibujar o salir a caminar.
- Involucra a un profesional: Si hay señales de autolesión o ideación suicida, contacta a un terapeuta especializado.
- Fortalece los lazos familiares: Crea un ambiente donde el joven se sienta seguro al expresar sus emociones sin miedo a ser juzgado.
4. El Papel Fundamental de las Familias
La familia es el entorno más influyente en la vida de una persona con TDAH. Un enfoque comprensivo y proactivo puede transformar los desafíos en oportunidades de crecimiento.
Consejos prácticos para familias:
- Infórmate: Aprende sobre el TDAH para comprender mejor las experiencias y comportamientos de tu hijo.
- Evita etiquetas negativas: En lugar de usar términos como “flojo” o “problemático”, describe el comportamiento con neutralidad. Por ejemplo: “Te veo distraído. ¿Qué podemos hacer para ayudarte a concentrarte?”.
- Establece expectativas realistas: Reconoce que no todo será perfecto y que los errores forman parte del aprendizaje.
- Busca apoyo externo: Grupos de apoyo para padres pueden ser un recurso invaluable para compartir experiencias y obtener orientación.
Conclusión: Un Camino de esperanza y potencial
El TDAH no define a las personas, pero sí presenta oportunidades para desarrollar resiliencia, creatividad y fortalezas únicas. Con las herramientas adecuadas, las familias pueden ayudar a sus hijos a construir vidas llenas de significado, confianza y bienestar.
Si bien el camino puede ser desafiante, cada pequeño paso cuenta. Reconocer los logros, celebrar las diferencias y brindar apoyo incondicional no solo beneficia a la persona con TDAH, sino que fortalece los lazos familiares y crea un entorno donde todos puedan prosperar.
Si necesitas ayuda profesional para lidiar con los desafíos que supone ser o tener un hijo o hija con TDAH no dudes en contactarnos, estaremos encantadas de atenderte.