La invalidación emocional: comprendiendo sus causas, consecuencias y cómo evitarla

La invalidación emocional es un fenómeno que ocurre cuando las emociones, pensamientos o experiencias de una persona son minimizados, descalificados o rechazados. Puede ser algo sutil, como un comentario que resta importancia a lo que alguien siente, o más explícito, como decirle a alguien que «no tiene razones para sentirse así». Este tipo de respuestas, a pesar de que a veces surgen con la mejor de las intenciones, buscando ayudar o calmar a la otra persona, pueden tener efectos profundos y duraderos en la salud emocional y el bienestar de quien las recibe.

¿Qué es la Invalidación Emocional?

La invalidación emocional consiste en negar, ignorar o restar importancia a los sentimientos de alguien. Es un mensaje que, consciente o inconscientemente, transmite que las emociones de la persona no son importantes, son inapropiadas o son exageradas. Puede ocurrir de distintas formas, desde comentarios bien intencionados pero desacertados, hasta respuestas insensibles o críticas directas.

Por ejemplo, si alguien expresa tristeza por una ruptura amorosa y recibe la respuesta: «deberías alegrarte, por fin te libraste de esa relación», «hay más peces en el mar», «seguro que encuentras algo mejor»… la emoción de la tristeza se invalida, ya que se ignora el dolor que la persona está experimentando. La invalidación emocional puede venir de familiares, amigos, compañeros de trabajo o incluso de uno mismo, en forma de autoinvalidación («no debería sentirme así, estoy exagerando»).

Causas comunes de la invalidación emocional

La invalidación emocional suele ser resultado de una falta de educación emocional y de patrones aprendidos en la infancia. A continuación, se presentan algunas causas comunes:

  1. Falta de educación emocional: Muchas personas no han recibido una formación adecuada para comprender y gestionar las emociones, lo que las lleva a no saber cómo responder cuando alguien expresa sentimientos negativos.
  2. Cultura y estereotipos: En algunas culturas, se fomenta la idea de que ciertas emociones son «malas» o deben ser reprimidas. Por ejemplo, los hombres pueden ser socializados para no expresar tristeza o vulnerabilidad, ya que se les enseña que esto es una señal de debilidad.
  3. Miedo o incomodidad ante las emociones fuertes: Cuando alguien se enfrenta a una expresión emocional intensa, puede sentirse incómodo y no saber cómo responder. Para evitar su propio malestar, puede minimizar o desviar la atención de los sentimientos del otro.
  4. Intenciones malinterpretadas de «ayuda»: A veces, las personas invalidan emocionalmente con la intención de animar o motivar a alguien. Frases como «No pienses en eso» o «Todo pasa por algo» buscan tranquilizar, pero terminan desestimando el dolor o la experiencia emocional del otro.

Consecuencias de la invalidación emocional

La invalidación emocional tiene efectos negativos significativos en la salud mental y emocional de las personas. Algunas de las principales consecuencias incluyen:

  1. Baja autoestima y autoconfianza: Cuando los sentimientos son constantemente ignorados o minimizados, las personas pueden empezar a dudar de la validez de sus propias emociones y pensamientos. Esto puede conducir a una disminución de la autoestima y la creencia de que sus sentimientos no son importantes.
  2. Aumento del estrés y la ansiedad: La incapacidad de expresar y procesar emociones puede generar una acumulación de estrés, que con el tiempo se manifiesta como ansiedad, irritabilidad o incluso problemas físicos, como dolores de cabeza o problemas digestivos.
  3. Problemas en las relaciones interpersonales: Si una persona siente que sus emociones son constantemente invalidadas, es probable que comience a retraerse emocionalmente. Esto puede llevar a una falta de comunicación y conflictos en las relaciones, ya que la persona no se siente escuchada o comprendida.
  4. Desarrollo de problemas de salud mental: La invalidación emocional crónica está relacionada con el desarrollo de trastornos como la depresión, el trastorno límite de la personalidad y otros problemas de salud mental. Cuando las emociones no son validadas, pueden volverse más intensas o difíciles de manejar.

¿Qué no decir para evitar la invalidación emocional?

Para evitar invalidar a alguien emocionalmente, es importante prestar atención a lo que se dice y cómo se dice. A continuación, se presentan algunas frases comunes que es mejor evitar y por qué:

  1. «No es para tanto.»
    Esta frase minimiza la experiencia de la persona, sugiriendo que está exagerando o reaccionando de manera inapropiada.
  2. «Podría ser peor.»
    Comparar el dolor o la situación de alguien con otras circunstancias más graves no ayuda, ya que cada persona vive sus emociones de manera diferente.
  3. «No llores.»
    Pedirle a alguien que no exprese su tristeza o dolor les indica que esas emociones no son bienvenidas, lo que refuerza la idea de que deben ocultarlas.
  4. «Tienes que ser fuerte.»
    Esta frase puede transmitir el mensaje de que mostrar vulnerabilidad o dolor es una señal de debilidad, cuando en realidad es una parte natural y saludable de ser humano.
  5. «No deberías sentirte así.»
    Es una forma directa de invalidar, ya que niega la validez de la experiencia emocional de la persona.

Qué Sí secir para validar emocionalmente a alguien

Validar emocionalmente significa aceptar y reconocer las emociones de otra persona, sin juzgar o tratar de cambiarlas. Algunas frases útiles para apoyar a alguien que está sufriendo son:

  1. «Entiendo que esto debe ser muy difícil para ti.»
    Esta frase reconoce el dolor de la persona y valida su experiencia, sin restarle importancia.
  2. «Es comprensible que te sientas así.»
    Reconocer que las emociones son normales y esperables en esa situación ayuda a la persona a sentirse comprendida.
  3. «Estoy aquí para ti.»
    Ofrecer apoyo sin intentar arreglar el problema permite que la persona sienta que no está sola en su sufrimiento.
  4. «¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte en este momento?»
    Mostrar disposición para ayudar permite a la persona sentirse acompañada y apoyada en sus necesidades.
  5. «Es normal sentirse así en una situación como esta.»
    Normalizar las emociones ayuda a que la persona no se sienta «rara» o «anormal» por sus sentimientos.

Validar emocionalmente a los demás no significa necesariamente estar de acuerdo con sus sentimientos o justificar cualquier comportamiento que surja de ellos. La validación emocional consiste en reconocer la experiencia interna de la persona y aceptar que lo que sienten es real para ellos, sin importar si las demás personas lo ven de la misma manera.

La validación emocional tiene el poder de fortalecer las relaciones y promover un sentido de conexión y empatía. Cuando una persona se siente escuchada y comprendida, es más probable que sea capaz de manejar sus emociones de manera efectiva y de buscar soluciones constructivas a sus problemas. En cambio, cuando la invalidación es la norma, las emociones pueden intensificarse, lo que puede llevar a un ciclo destructivo de incomprensión y aislamiento.

Conclusión

La invalidación emocional puede ser profundamente dañina, afectando la autoestima, la salud mental y las relaciones interpersonales. A menudo, es resultado de la falta de conocimiento o de un intento malinterpretado de ayudar. Sin embargo, con un poco de empatía y esfuerzo consciente, es posible transformar la forma en que respondemos a las emociones de los demás, favoreciendo un entorno de apoyo y comprensión.

Al evitar frases que minimizan o niegan las emociones y, en cambio, ofrecer palabras de apoyo y validación, ayudamos a crear un espacio seguro donde los demás se sientan escuchados y comprendidos. Practicar la validación emocional no solo beneficia a quienes la reciben, sino también a quienes la ofrecen, ya que mejora la calidad de las interacciones humanas y fortalece los lazos afectivos.

En última instancia, validar emocionalmente a los demás es un acto de humanidad y compasión que puede marcar una gran diferencia en la vida de alguien que está sufriendo.

Si quieres aprender más sobre la invalidación emocional o necesitas ayuda para superar las consecuencias que vivirla en tus carnes ha podido tener, ponte en contacto con nosotras, estaremos encantadas de ayudarte.

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Más sobre mí...

Si hay algo que me define es la alta sensibilidad. La escucha activa, la paciencia y la calma son parte natural de mí. Soy profundamente creativa y encuentro expresión en la pintura, la escritura y la costura. Dedico tiempo a cuidarme y conocerme, un viaje desafiante y hermoso que transito a través del yoga, la meditación y la biodanza.

Me considero una viajera callejera, enamorada de la gastronomía, de la cocina y de descubrir rincones a pie de calle.

Me formé en terapias energéticas y en psicosomática, fascinada por cómo cada emoción y cada vivencia dejan huella en el cuerpo. También completé un curso de Bienestar e Inteligencia Emocional con Eleva, un paso más en mi propio crecimiento.

Voluntariado

Desde hace unos años colaboro como voluntaria en La Niña Amarilla, donde he tenido la oportunidad de participar en charlas de prevención del suicidio junto a Isthar. Además, soy socia de Desata tu Potencial, donde continúo formándome, y desde el año pasado acompaño como voluntaria en La Akademia.

Ahora, en Eduko, inicio una nueva etapa como voluntaria, compartiendo esa creatividad, presencia y sensibilidad que me han ayudado a reconstruirme y a vivir desde un lugar más auténtico.

Por eso, hace ya tiempo que decidí cambiar de carrera profesional y aprovechar todo lo que había aprendido a lo largo de estos últimos 20 años en empresas punteras en su sector, para poder utilizarlo y ayudar a todo aquel que quiera y lo necesite, a encontrar cuál es su propósito profesional y qué es lo que realmente le mueve en la vida y que es lo que realmente quiere hacer con ella. Por eso me formé como coach y me especialicé en coaching de propósito de vida y profesional.

Me encanta ver cuando la gente pierde el miedo a hablar y expresar cómo se siente, me encanta la creatividad y la gente que se reinventa, la que siempre quiere seguir aprendiendo y no teme reconocer sus fallos. Me encanta la gente que se lo cuestiona todo y quiere seguir adelante, la gente valiente y la resiliente. La que pide ayuda cuando siente que la necesita y la que ayuda a los demás sin pedir nada a cambio. Me encanta la gente que se entrega y sabe disfrutar de verdad de la vida, la que se ríe de sí misma y con los demás, la que se permite llorar cuando algo o alguien le hacen daño y la que respeta y se respeta.

Ya lo he dicho al principio, soy una apasionada de la gente, ¿qué le vamos a hacer? no soy perfecta! Me encanta la gente, todo lo que son y pueden llegar a ser.

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Estoy certificada en coaching personal y ejecutivo por ICF y ASESCO, así como en Coaching Educativo, Inteligencia Emocional y Heridas Emocionales con Eleva – Escuela de Coaching, donde me he ido especializando. También soy Coach de equipos y liderazgo sistémico. Soy terapeuta de duelo y trabajo de partes, especialista en trauma y apego. Además, soy Practicioner en PNL (Programación Neurolingüística), mentora y supervisora de coaching ecointegrativo y cuento con un Máster en psicología, counselling y terapia Gestalt.

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Voluntariados

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– Soy voluntaria formadora en inteligencia emocional para adolescentes, vicepresidenta y miembro de la Junta Directiva de la ONG Desata Tu Potencial.
– Acompañoy facilito de manera voluntaria en el proyecto social La Akademia, donde acompaño a jóvenes de entre 18 y 23 años en educación emocional, talento y autoestima.
– Colaboro como voluntaria en La Niña Amarilla, ofreciendo charlas de prevención del suicidio en centros educativos, un compromiso muy íntimo para mí desde mi propia historia personal como sobreviviente.

Quién soy más allá de la profesión

Soy una aprendiz eterna. Me apasionan la inteligencia emocional, la neurociencia, la comunicación no violenta, la disciplina positiva y todo lo que me permita comprender mejor a las personas y al mundo. Soy una lectora incansable, amante de la naturaleza y los animales (convivo con dos gatos maravillosos) y siempre que puedo me escapo a la montaña, donde encuentro la serenidad y la belleza de los caminos menos transitados. Me nutren las conversaciones profundas, reír, pensar, pasear y el geocaching.

Acompaño a quienes se sienten desorientadxs, frustradxs, sobrepasadxs o bloqueadxs a reencontrarse con sus fortalezas y su fuerza interior para descubrir sus propias respuestas. Creo profundamente que no existe mayor libertad que la de ser una misma, unx mismx, y lo sé porque ese ha sido mi propio camino.

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