Jóvenes, IA y desconexión humana: un desafío para las familias

Vivimos en un tiempo en el que la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en parte de la vida cotidiana de niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Aunque muchas personas adultas aún la perciben como algo lejano o novedoso, para las generaciones más jóvenes se ha integrado con sorprendente rapidez como un recurso conectivo: un espacio donde conversar, sentirse acompañadas y expresar lo que no se atreven a contar en su entorno.

¿Por qué acuden las y los jóvenes a la IA?

  1. Disponibilidad inmediata: está siempre ahí, a cualquier hora, sin juicios ni condiciones previas.
  2. Seguridad percibida: hablar con una máquina parece más seguro que exponerse a la crítica o incomprensión de las personas adultas.
  3. Anonimato y control: pueden mostrar partes de sí mismas sin miedo a consecuencias sociales.
  4. Validación del malestar: suele responder con empatía y reconocimiento, algo que muchas veces falta en la interacción humana.

“Prefiero escribirle a chatgpt lo que siento porque nunca me dice que estoy exagerando. Con mis padres me cuesta, siempre parece que tienen prisa o me dicen que no es para tanto.” (Jonás, 16 años)

Los peligros de la IA

La paradoja de la conexión digital

Este acceso constante genera una paradoja: cuanto más buscamos conexión en lo digital, más riesgo existe de desconexión humana. Al no ejercitar habilidades relacionales reales (escucha, confrontación respetuosa, regulación de la frustración), se incrementa la sensación de soledad cuando se apaga la pantalla. La IA puede convertirse en un refugio que calma de manera inmediata, pero no enseña a afrontar la complejidad de las relaciones vivas.

Ejemplo cotidiano

Una adolescente dedica horas a chatear con una IA que le responde con paciencia. Se siente comprendida, pero cuando se enfrenta a una discusión con su mejor amiga, se bloquea: nunca ha entrenado la capacidad de confrontar ideas o sostener el desacuerdo sin romper el vínculo.

Lo que la IA puede (y lo que no puede)

  • Lo que sí hace bien: escuchar sin interrupciones, validar emociones, ofrecer información estructurada, acompañar en momentos de desahogo inicial.
  • Lo que no hace: cuestionar creencias limitantes de fondo, confrontar narrativas dañinas, ofrecer un vínculo humano auténtico que implique mirada, tono, gestos, complicidad y límites, tener en cuenta los contextos, los sesgos cognitivos.

El riesgo es que jóvenes y adolescentes confundan la validación automática con un acompañamiento real. La Inteligencia artificial reconoce el dolor, pero no lo transforma.

“Cuando hablo con la chatgpt siento que me entiende, pero luego sigo igual. Me calma en el momento, pero no me ayuda a saber qué hacer con lo que me pasa.” (Laia, 17 años)

Ventajas y limitaciones de las herramientas digitales

  • Ventajas: accesibilidad, inmediatez, apoyo básico en momentos de crisis leve, posibilidad de organizar ideas o buscar recursos.
  • Limitaciones: falta de personalización profunda, ausencia de corporalidad y vínculo humano, riesgo de dependencia digital, posibilidad de reforzar sesgos o pensamientos disfuncionales.

Retos y desafíos actuales para la juventud

  1. Sobrecarga emocional y cognitiva: exceso de estímulos e información sin tiempo para procesar.
  2. Soledad y aislamiento: más conexión digital, pero menos contacto real y sentido de pertenencia.
  3. Presión social y comparativa: redes sociales como escaparates de vidas ideales que intensifican la autocrítica.
  4. Falta de referentes adultos disponibles: padres y madres desbordados, docentes saturados, poca cultura de escucha sin juicio.
  5. Acceso a recursos digitales antes que a espacios humanos seguros: aparece como “refugio rápido” frente a la lentitud de los procesos terapéuticos o educativos.

Caso real

Un joven de 15 años empezó a usar la IA para desahogarse tras sufrir bullying. Aunque encontraba consuelo inmediato, no pidió ayuda en casa hasta que su madre notó cambios en su sueño y en su forma de relacionarse. El acompañamiento familiar y la intervención de su tutor en el instituto marcaron la diferencia.

Qué pueden hacer madres, padres y tutores

  1. Observar señales de aislamiento: menos interacción social, cambios en hábitos de sueño, alimentación o estado de ánimo.
  2. Abrir espacios de conversación sincera: preguntar sin juzgar, escuchar sin prisa, mostrar interés genuino.
  3. Validar emociones sin minimizar: frases como “entiendo que lo estés pasando mal” o “me importa cómo te sientes” son semillas de confianza.
  4. Ofrecer acompañamiento real: proponer alternativas humanas (terapia, grupos de iguales, actividades presenciales).
  5. Educar en el uso crítico: enseñar a diferenciar entre apoyo digital y vínculo humano, y a usar la tecnología como herramienta, no como sustituto.
  6. Cuidar el propio ejemplo: mostrar con la práctica cómo se gestionan emociones, se conversa y se pide ayuda.

Testimonio parental

“Al principio pensé que era una moda más, pero luego descubrí que mi hija hablaba más con chatgpt que conmigo. Eso me dolió, pero también me hizo darme cuenta de que tenía que estar más presente y dejar de dar respuestas que la hacen sentir que no la escucho.” (Ana, 44 años)

Conclusión

La Inteligencia Artificial es un espejo amable, pero no sustituye el calor de una mirada, la pausa de un abrazo o la sinceridad de una conversación en persona. Para la juventud, la tentación de refugiarse en lo digital es comprensible; para las familias, el reto es mayor: ofrecer una presencia humana que compita en cercanía, pero que gane en autenticidad.

La prevención no está en prohibir el acceso a las herramientas digitales, sino en acompañar, comprender y fortalecer los vínculos reales que ninguna máquina podrá imitar.

Si crees que tu hijo o hija puede estar necesitando ayuda, no dudes en contactarnos.

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Más sobre mí...

Si hay algo que me define es la alta sensibilidad. La escucha activa, la paciencia y la calma son parte natural de mí. Soy profundamente creativa y encuentro expresión en la pintura, la escritura y la costura. Dedico tiempo a cuidarme y conocerme, un viaje desafiante y hermoso que transito a través del yoga, la meditación y la biodanza.

Me considero una viajera callejera, enamorada de la gastronomía, de la cocina y de descubrir rincones a pie de calle.

Me formé en terapias energéticas y en psicosomática, fascinada por cómo cada emoción y cada vivencia dejan huella en el cuerpo. También completé un curso de Bienestar e Inteligencia Emocional con Eleva, un paso más en mi propio crecimiento.

Voluntariado

Desde hace unos años colaboro como voluntaria en La Niña Amarilla, donde he tenido la oportunidad de participar en charlas de prevención del suicidio junto a Isthar. Además, soy socia de Desata tu Potencial, donde continúo formándome, y desde el año pasado acompaño como voluntaria en La Akademia.

Ahora, en Eduko, inicio una nueva etapa como voluntaria, compartiendo esa creatividad, presencia y sensibilidad que me han ayudado a reconstruirme y a vivir desde un lugar más auténtico.

Por eso, hace ya tiempo que decidí cambiar de carrera profesional y aprovechar todo lo que había aprendido a lo largo de estos últimos 20 años en empresas punteras en su sector, para poder utilizarlo y ayudar a todo aquel que quiera y lo necesite, a encontrar cuál es su propósito profesional y qué es lo que realmente le mueve en la vida y que es lo que realmente quiere hacer con ella. Por eso me formé como coach y me especialicé en coaching de propósito de vida y profesional.

Me encanta ver cuando la gente pierde el miedo a hablar y expresar cómo se siente, me encanta la creatividad y la gente que se reinventa, la que siempre quiere seguir aprendiendo y no teme reconocer sus fallos. Me encanta la gente que se lo cuestiona todo y quiere seguir adelante, la gente valiente y la resiliente. La que pide ayuda cuando siente que la necesita y la que ayuda a los demás sin pedir nada a cambio. Me encanta la gente que se entrega y sabe disfrutar de verdad de la vida, la que se ríe de sí misma y con los demás, la que se permite llorar cuando algo o alguien le hacen daño y la que respeta y se respeta.

Ya lo he dicho al principio, soy una apasionada de la gente, ¿qué le vamos a hacer? no soy perfecta! Me encanta la gente, todo lo que son y pueden llegar a ser.

¿Y tú, ya sabes cómo quieres ser?

Certificados

Estoy certificada en coaching personal y ejecutivo por ICF y ASESCO, así como en Coaching Educativo, Inteligencia Emocional y Heridas Emocionales con Eleva – Escuela de Coaching, donde me he ido especializando. También soy Coach de equipos y liderazgo sistémico. Soy terapeuta de duelo y trabajo de partes, especialista en trauma y apego. Además, soy Practicioner en PNL (Programación Neurolingüística), mentora y supervisora de coaching ecointegrativo y cuento con un Máster en psicología, counselling y terapia Gestalt.

Sesiones

Acompaño en sesiones individuales y grupales, sobre todo a jóvenes y adolescentes. También diseño e imparto talleres, charlas y formaciones para alumnado, profesorado, familias y profesionales de muy diversa índole.

Voluntariados

Compagino mi labor profesional con tres proyectos que me conectan profundamente con mi propósito:

– Soy voluntaria formadora en inteligencia emocional para adolescentes, vicepresidenta y miembro de la Junta Directiva de la ONG Desata Tu Potencial.
– Acompañoy facilito de manera voluntaria en el proyecto social La Akademia, donde acompaño a jóvenes de entre 18 y 23 años en educación emocional, talento y autoestima.
– Colaboro como voluntaria en La Niña Amarilla, ofreciendo charlas de prevención del suicidio en centros educativos, un compromiso muy íntimo para mí desde mi propia historia personal como sobreviviente.

Quién soy más allá de la profesión

Soy una aprendiz eterna. Me apasionan la inteligencia emocional, la neurociencia, la comunicación no violenta, la disciplina positiva y todo lo que me permita comprender mejor a las personas y al mundo. Soy una lectora incansable, amante de la naturaleza y los animales (convivo con dos gatos maravillosos) y siempre que puedo me escapo a la montaña, donde encuentro la serenidad y la belleza de los caminos menos transitados. Me nutren las conversaciones profundas, reír, pensar, pasear y el geocaching.

Acompaño a quienes se sienten desorientadxs, frustradxs, sobrepasadxs o bloqueadxs a reencontrarse con sus fortalezas y su fuerza interior para descubrir sus propias respuestas. Creo profundamente que no existe mayor libertad que la de ser una misma, unx mismx, y lo sé porque ese ha sido mi propio camino.

Creé Eduko con toda la ilusión, la convicción y el corazón de quien desea ser parte del cambio que quiere ver en el mundo. Si te resuena, si estás en un momento de búsqueda o de reinicio… te invito a comenzar este viaje de autodescubrimiento conmigo.